Filmation, la Hanna-Barbera pobre
La Pepsi de los dibus animados televisivos también nos regaló buenos momentos
Son varias las generaciones de niños que nos hemos criado delante de la televisión con los dibujos animados. Muchos de ellos tenían procedencia estadounidense y más concretamente del estudio Hanna-Barbera, dos apellidos unidos por un guion que inevitablemente despiertan nuestra nostalgia. Sin embargo este ‘Vermutito y seriazas’ de hoy no está dedicada a la casa de ‘Los Picapiedra’ o ‘El oso Yogi’ si no a su principal estudio competidor, la inefable Filmation. La hermana pobre, la Pepsi de los dibus (aunque algunos dirán que incluso es la Revoltosa o la Mirinda).
El final de la Edad Dorada de la Animación estadounidense
Ante el alto coste de producir largos y cortos de animación para cine y su cada vez menor tirón, en los años 50 la mayoría de los grandes estudios de Hollywood decidieron cerrar sus divisiones de animación, sólo quedó en pie Disney (y gracias al empecinamiento primero de Walt Disney y luego de su hermano Roy).
Esto hizo que muchos animadores de gran talento se quedaran en la calle. Fue el caso de Willam Hanna y Joseph Barbera, que habían creado ‘Tom y Jerry’ para la MGM y ganado hasta 7 Oscars con las divertidas aventuras de los carismáticos felino y roedor. En 1957 decidieron fundar Hanna-Barbera pero no con los cines como objetivo si no con un nuevo mercado entre ceja y ceja: la televisión.
Lo petaron desde el principio y pronto se crearon otros estudios que intentaron comerse su parte del pastel de los sábados por la mañana televisivos. Fue el caso de Jay Ward (‘George de la jungla’, ‘Rocky y Bullwinkle’), DePatie-Frelenz (‘La Pantera Rosa’, ‘G.I. Joe’), la propia Marvel (‘Transformers’, muchas series basadas en sus personajes de cómic) o la que nos ocupa: Filmation.
Compitiendo contra el gigante Hanna-Barbera
En la soleada Reseda (California) siendo el año del señor 1963 se juntaron Lou Scheimer (actor de doblaje), Norm Prescott (productor) y Hal Sutherland (animador en Disney) para parir Filmation. Empezaron apuntando alto, una secuela de ‘El Mago de Oz’ en forma de largometraje animado con estrellas como Liza Minelli y Mickey Rooney. Se la pegaron (de hecho no llegaron ni a estrenarla hasta 1972) y decidieron dedicarse a la televisión e intentar quitarle algo de cuota a Hanna-Barbera.
Para ello siguieron dos reglas principales: 1) animación rápida aunque fuera a costa de sacrificar calidad y 2) intentar evitar en la medida de lo posible los proyectos y personajes “propios” y tirar en cambio de adaptaciones de IPs ajenas. Así empezaron haciendo dibus de personajes de los cómics de DC (Superman, Batman y Aquaman) y de Archie.
Fue precisamente ‘The Archie Show’ a finales de los sesenta su primer éxito… aunque no con la serie precisamente (que sólo duró 17 capítulos) sino con la canción ‘Sugar, Sugar’ interpretada por el grupo ficticio The Archies en uno de los capítulos y que fue nº1 de Billboard y en medio mundo. Este éxito hizo que más series protagonizadas tanto por Archie y sus amigos como por otros personajes de editorial (como la bruja adolescente Sabrina) tuvieran salida desde las oficinas de Filmation durante los años 70.
Precisamente en 1973 Filmation se anotó uno de sus mejores tantos con ‘Star Trek: La serie animada’. La prematuramente cancelada serie de Gene Roddenberry estaba empezando a ganar un fandom considerable a base de repeticiones en sindicación y esta versión animada con los actores originales poniendo la voz a sus personajes icónicos fue muy bien recibida teniendo incluso una segunda temporada, algo poco habitual para la compañía.
También en los 70 intentaron diversificar y produjeron algunas series de imagen real (siempre en el marco de lo infantil/juvenil) como ‘Shazam!’ e ‘Isis’, basadas en los cómics de la Fawcett (hoy de DC), o ‘The Ghost Busters’, una disparatada comedia sobre dos señores (y otro señor disfrazado de gorila que era el chofer) que desfacían entuertos sobrenaturales. ¿Cómo? ¿Qué el nombre te suena a otra cosa? Tranquilo, no adelantemos acontecimientos.
Los locos 80 y el final de una era
Llegaron los 80 y la competencia en las mañanas de los sábados aumentó todavía más con la llegada de, por ejemplo, DIC Entertainment (no DYC, que nos conocemos) con su ‘Inspector Gadget’ o ‘Los diminutos’. En Filmation apostaron por recuperar personajes como El Super Ratón o los propios Tom y Jerry y tuvieron un éxito importante con una serie de Flash Gordon pero el gran pelotazo vino del lugar más inesperado: las tiendas de juguetes. Sí, estoy hablando de ‘He-Man y los Masters del Universo’.
La crisis financiera de Filmation en 1983 ya era galopante por lo que decidieron saltarse su norma de sólo adaptar IPs consolidadas para hacer un vehículo promocional para unos nuevos juguetes de Mattel. Una animación regulera, una historia totalmente alucinada y una moralina final sacada totalmente de la manga pero las aventuras de los héroes de Eternia contra el malvado Skeletor fueron un hit inmediato en todo el mundo que fue continuado con ‘She-Ra: la Princesa del Poder’, que duró en antena hasta 1987.
Sin embargo los problemas económicos no cesaban y Lou Scheimer y compañía decidieron echarle un poco de morro al asunto. ‘Los Cazafantasmas’ lo petaban en el cine y ellos se acordaron de su serie setentera de nombre muy similar que hemos hablado antes. Así que aprovechando la ola llegó la serie animada de ‘Los Caza Fantasmas’1 y cuando en Columbia Pictures quisieron aprovechar ellos mismos el tirón y hacer una serie animada de Moquete and Company se dieron cuenta de que no podían utilizar su nombre por ser demasiado parecido. Así nacieron ‘Los auténticos cazafantasmas’.
Sí, no lo soñaste, en tu infancia había dos dibus diferentes sobre cazadores de fantasmas y esta es la razón. Vermutito y seriazas en su faceta de servicio público una vez más.
Pero ni estas argucias les sirvieron y en 1989, con la finalización del último capítulo de ‘BraveStarr’ (serie que estaba muy bien), Filmation echaba el cierre. L’Oreal se hizo con el catálogo de la compañía (sí, yo tampoco lo entiendo) que luego fue pasando de mano en mano, entre ellas las de DreamWorks, hasta llegar a las de Universal, que es la dueña de dicho catálogo de dibus míticos desde 2016 después de pagar casi 4000 millones de dólares ni más ni menos. Como tantas cosas en la vida, a lo que hizo Filmation no se le dio valor (y vaya valor) hasta muchos años después.
Nos leemos en otras dos semanas. Disfrutad del vermú… pero hacedlo a la sombra porque madre mía que caloret tenemos estos días.
Que tenía una intro con una canción chulísima y que a mi tengo que reconocer que me encantaba.